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| foto: Carmela Rodríguez |
Todos los días conduzco, no puedo evitar observar a través del retrovisor, del parabrisas, de la ventanilla abierta... escenas que me hacen reír, y a veces llorar, pero sobretodo, volar!
... me tropecé con un paso de peatones donde sólo cruzaba un pastor alemán que se paro frente a mi y se quedó allí hasta que se puso en verde...
... había un parque con niños y una madre limpiaba a uno de sus hijos, de arena, mientras otro se la tiraba por encima...
... entre un atasco, un chico y una chica caminaban por la acera. Él no sabia como cogerle la mano a ella y hacia que se rozaban al andar...
... vi un cartel que decía: "Hoy hace un bonito día, y no lo puedo ver.", al lado de un señor con gafas de sol, sentado en la acera...
... una señora regaba las flores de su balcón sin darse cuenta que mojaba a los transeúntes...
Voy con mi máquina del tiempo particular hacia el futuro, hacia adelante, sin mirar atrás pero sin olvidar el camino recorrido. Como una montaña rusa, con subidas y bajadas bruscas. Tantas cosas y tan dispares que no concibo procesarlas en conjunto, somos tan simples, tan complicados, somos tantos y tan pocos.
En todos los rincones veo mi particular punto de vista rosa. No creo que pueda ser de otra manera, no quisiera que fuese de otra manera, me gusta mi forma de ver las cosas. Dicen que todo va en relación al cristal con que se mira, pero ¿mi prisma está trucado? o ¿es que vino mal de fábrica?, porque no veo nada malo en todo aquello que captan mis obturadores.
Inocente, te vas a estampar contra la pared... me dicen! Sí!-, les digo, quizá sea así! Pero quizá y sólo quizá, aquel pastor alemán fuese el perro guía de aquel señor de las gafas de sol que olvidó a su familia en el parque que ahora sólo recuerda como un vago paseo por la acera!
No es que mi prisma este estropeado o haya venido mal de fábrica... es que los demás cristales son sólo eso... cristales y además rotos!
... me tropecé con un paso de peatones donde sólo cruzaba un pastor alemán que se paro frente a mi y se quedó allí hasta que se puso en verde...
... había un parque con niños y una madre limpiaba a uno de sus hijos, de arena, mientras otro se la tiraba por encima...
... entre un atasco, un chico y una chica caminaban por la acera. Él no sabia como cogerle la mano a ella y hacia que se rozaban al andar...
... vi un cartel que decía: "Hoy hace un bonito día, y no lo puedo ver.", al lado de un señor con gafas de sol, sentado en la acera...
... una señora regaba las flores de su balcón sin darse cuenta que mojaba a los transeúntes...
Voy con mi máquina del tiempo particular hacia el futuro, hacia adelante, sin mirar atrás pero sin olvidar el camino recorrido. Como una montaña rusa, con subidas y bajadas bruscas. Tantas cosas y tan dispares que no concibo procesarlas en conjunto, somos tan simples, tan complicados, somos tantos y tan pocos.
En todos los rincones veo mi particular punto de vista rosa. No creo que pueda ser de otra manera, no quisiera que fuese de otra manera, me gusta mi forma de ver las cosas. Dicen que todo va en relación al cristal con que se mira, pero ¿mi prisma está trucado? o ¿es que vino mal de fábrica?, porque no veo nada malo en todo aquello que captan mis obturadores.
Inocente, te vas a estampar contra la pared... me dicen! Sí!-, les digo, quizá sea así! Pero quizá y sólo quizá, aquel pastor alemán fuese el perro guía de aquel señor de las gafas de sol que olvidó a su familia en el parque que ahora sólo recuerda como un vago paseo por la acera!
No es que mi prisma este estropeado o haya venido mal de fábrica... es que los demás cristales son sólo eso... cristales y además rotos!
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