lunes, 27 de diciembre de 2010

¿Quién se ha llevado mi queso?

     Ayer, yo tan feliz e inmerso en mis locuras habituales, me asaltó, un flashback de estos que están muy de moda en la sexta ahora, en el que se describían las tribus urbanas, digo describir por decir algo que se pueda entender... por que lo dicho y lo visto es... (aun busco un adjetivo).

     Comprendí por un momento que, de verdad somos lo que nos meten por los ojos. Entre las "opciones" que podemos escoger como tribu urbana, hubo una que me llamo enormemente la atención: "las lolitas victorianas" o "muñecas victorianas". Nada, por encima, consiste en hacer picnics o quedadas pero con parafernalia y vestimenta de esta época, si si, época victoriana.

     Y digo yo, ¿a qué se debe esta falta de personalidad propia de los seres humanos que viven en este planeta?, ¿acaso somos los que no vamos "disfrazados" los que estamos faltos de personalidad?, ¿de verdad que no hay nadie que, como a mi, les hable de las carencias que tienen en sus vidas? y sobre todo, los que hablamos por el facebook... ¿a qué tribu pertenecemos?

     No me extraña que "España", no la tierra que comprende el estado, sino las personas que lo forman, no haya sido escogida en los juegos olímpicos, o que nos vean como auténticos cotillas y porteras de patio. La decadencia no ocurrió cuando empezó la dictadura española, está ocurriendo ahora...

     ¿Son estos, nuestros vástagos, los que dominarán el mundo, así disfrazados?, Creo que el protocolo de Kioto (o como se escriba), está sobrevalorado.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Hoy he tenido una revelación...

... Ésta me sobrevino cuando estudiaba la forma ganar dinero sin trabajar.

     Seguro que el que inventó la moneda no pensó que tarde o temprano muchos matarían por él... No se le ocurrió pensar que cuando cotizara en bolsa y hubiera una crisis todo el mundo se vería afectado, o por lo menos solo aquellos que saben lo que cuesta ganarlo, claro, en aquel entonces no existía la bolsa.

     Estoy seguro que las vacas no tienen esta preocupación, o los gatos. Si le preguntamos a un señor de mundo, de esos que no tiene más que un cartón como techo, que crees que diría...?

     Está preocupación la tienen las personas que le dan la importancia que tiene actualmente. Alguien sabría decirme dónde estaríamos si no existiera el dinero? Hubiéramos llegado a esta tecnología, o al espacio exterior sin él.

     Imagina por un momento si el presidente de la Nasa va al supermercado de la esquina y le dice al dueño: ¡Oye tu! (para no poner nombres, ni implicar a nadie), que me voy de viaje a la luna pero necesito construir un avión que sea capad de llegar muy alto, necesito gente que trabaje en su desarrollo, materiales para su construcción, y mil cosas más. ¿Darías de comer a todo mi personal que son mas de 100.00 personas? A cambio, cuando consiga llegar a la luna, que ya te adelanto que no es seguro, te puedo llevar en uno de esos viajes, con el riesgo de que puedas morir en el intento. ¿que respondería del señor del supermercado?
     Luego, el señor presidente de la Nasa va a una fundición y le dice a su dueño: ¡Oye tu! (el siempre tan educado y formal), que mira.. (lee el párrafo de antes por que paso de escribirlo de nuevo). Al de la fundición le pide los materiales. ¿que respondería el señor de la fundición?
     Luego fue a una costurera y le conto la batalla para hacer unos trajes que bla bla bla...
     A los trabajadores de su proyecto les dice que a cambio serán recompensados con una palmadita en la espalda (pero comerán del señor del supermercado, y también sus familias). El señor de la fundición descubrirá que sus materiales son capaces de soportar altas temperaturas y muchos otros presidentes querrán hacerse un avión como ese, y también le darán de comer a cambio de sus materiales (de otro supermercado claro). A los señores de los supermercados vendrán más presidentes con más ideas descabelladas, pero, que obtendrán los señores de los supermercados?

     Si hay alguien más inteligente que yo (que va a ser que si), que siga la cadena hacia donde todos podamos hacer trueque... ¿no sería una forma de economía viable?
Hasta entonces el dinero sólo tendrá la importancia que nosotros le demos.

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- El Presidente de la Nasa logró su meta y otros países siguieron su camino.
- El señor de la fundición obtuvo mas peticiones de materiales, al igual que las compañías que intervienen en la fabricación de ese avión, sus materiales e infraestructura.
- El señor del supermercado consiguió su viaje a la luna y cuando caminaba por ella le entraron ganas de mear y al bajarse la cremallera del traje espacial se quedó sin oxigeno y murió...

martes, 14 de diciembre de 2010

¡Agua!.. por favor...

    Me despierto tranquilamente, algo extrañado, con lágrimas en los ojos. No se cuando volverá a ocurrir, ni si volverá a suceder. Tengo la garganta seca, necesito saciar mi sed y bebo agua... mucha agua...
    Un sueño se repite cuando menos lo espero... cuando parece que ha pasado el suficiente tiempo para haberme olvidado de la última vez que soñé con esta escena. Se repitió anoche otra vez. Hago memoria del día anterior y no recuerdo haber hablado ni incitado nada para que suceda de nuevo. No recuerdo haber hecho algo especial que lo pueda desencadenar, nada que se repita en las otras veces, ni siquiera una pauta para intentar saber cuando volverá a ocurrir...

Música: ¡click aquí!

    Es una mañana de invierno, el cielo está despejado pero la brisa que recorre los arboles es fresca... fría casi... el sonido que produce entre las ramas es relajante, inspirador... me veo mirando al cielo con los ojos cerrados y respirando profundamente...

    Al abrir los ojos, estoy sentado en el banco de un parque. Los gritos de los niños jugando, correteando, saltando... se hacen presentes en mi cabeza. Hay muchos, más de los que puedo contar a simple vista. Allí sentado y sólo, observo como juegan, como se lo pasan bien... y una sonrisa se me escapa entre los labios.

    Hay un columpio con dos balancines y dos niñas, al parecer gemelas, se mecen en ellos, no paran de reír ni de decirse entre las dos, quien está llegando más alto. Junto al columpio otro niño espera en el suelo sentado a que le toque su turno. Mientras espera, juega con las hojas que hay entre sus piernas cruzadas.
    Un niño juega en un terrario. Coge arena con las manos y la levanta por encima de su cabeza mientras observa como se pierde entre sus manos... como un reloj de arena... Junto a él, dos niñas juegan con muñecas, debe ser la hora del té porque están sentadas mirándose la una a la otra mientras hacen ademán de llevarse una taza a la boca.
    Varios niños hacen un corro y giran alrededor de otro que lleva los ojos vendados. Están jugando a la "gallinita ciega" pienso, aunque el niño que está en medio no se mueve, no estira los brazos en busca de alguien, sólo espera a que paren de cantar.
    En una fuente no muy grande hay varios jugando con barquitos de papel, hechos por ellos mismos, No hablan entre ellos, simplemente soplan los barcos y miran como se mueven en el agua. El agua que emana de la fuente provoca un oleaje considerable para el tamaño de los barquitos.
    Hay un niño en una bici dando vueltas a una estatua que hay en medio del parque. No deja de mirar a la figura, como si fuera un ídolo y estuviera haciendo un ritual de adoración. La estatua representa a un escritor local que da nombre al parque.
    Un poco mas alejado de mí ha un grupo considerable jugando con una pelota, no parece haber un orden, ni unos equipos, todos corren tras la pelota para ver quien es el que consigue darle mayor número de golpes.

    Doy un vistazo rápido a ambos lados del banco donde me encuentro, y unos segundos más tarde, caigo en la cuenta que soy el único adulto del parque. Vuelvo a mirar a mi alrededor y esta vez con mayor detenimiento. Veo detrás de mí a mas niños jugando... pero nadie mayor de seis o siete años.
    Desconcertado, vuelvo a sentarme. Junto a mí hay una mochila pequeña... esta abierta y dentro hay varias cosas: un suéter de alguien de no más de dos años de color rojo, una pequeña botella de agua con cierre para niños, una foto mía en un marco de plástico con un cordel. En el dorso está inscrito: Este es mi padre, si me pierdo llama al ... (y un número de móvil).
    Preocupado ya, tomo la mochila en la mano y me levanto... alzo la mirada, busco en el horizonte... entre los niños, entre los arboles, entre columpios y demás mobiliario del parque, pero NO sé a quién estoy buscando. En un segundo registro a la mochila encuentro un pequeño walkie-talkie y extrañado cuando pulso para hablar me quedo mudo... NO sé a cómo tengo que llamar al que tiene el otro walkie-talkie (si es que aún lo lleva encima).
    Entonces pulso el botón de llamada para ver en que dirección sonará (si es que puedo oírlo). Pero cuando lo hago, suenan en el bolsillo de todos los niños... una y otra vez, es ensordecedor... y todos parecen contestar... pero nada se oye en el que tengo en mi mano.
    Me desespero, no se a dónde ir, no se a quién decirle: ¿dónde te habías metido? me tenias asustado!

    Y derrotado, caigo de rodillas mirando el pequeño aparato esperando que de un momento a otro se ponga a hablarme. ¡Hola! - digo - ¿hay alguien? - pregunto. Pero el silencio es la única respuesta. Se nublan mis ojos y los cierro fuertemente...


    ...me despierto tranquilamente, algo extrañado, con lágrimas en los ojos. No se cuando volverá a ocurrir, ni si volverá a suceder. Tengo la garganta seca, necesito saciar mi sed... 

...pero el agua no lo consigue...

lunes, 13 de diciembre de 2010

¿Cómo somos en realidad?

"Toda persona guarda en sí, tres personas: La que cree ser, la que todos creen que es y la que es en realidad."



     Es fácil pensar, según esta cita, que nosotros somos lo que queremos ser y que hemos llegado a esto, gracias a nuestros logros, suplicios y vivencias. Nada más lejos de la realidad. Si bien es cierto que lo vivido nos ha forjado, es erróneo pensar que este ha sido el camino que hemos escogido ya que no lo hemos elegido nosotros. ¿Acaso escogimos el lugar donde nacimos?, o simplemente... ¿qué forma de vida escogimos?, más simple aún, si cabe... ¿escogimos a nuestros padres o sus creencias?

     No cabe duda, que en nuestra condición de "Homo-Sapiens", somos los únicos seres vivos capaces de razonar y tomar decisiones en base a este principio. De ahí la variedad de creencias, de formas de pensar, de sociedades...

     Mi pensamiento de hoy es acerca de las relaciones de pareja (en una línea paralela a la de Mujeres/Hombres) y su singular visión de la fidelidad o monogamia. Entre los más de 6.000 millones de habitantes que poblamos este planeta, existen variedad de culturas que consideran, desde su punto de vista, la fidelidad como algo que va desde lo efímero hasta un dogma de fé. No voy a mencionar ninguna en concreto sino plantear una duda.

     Tan sólo el 3 % de los animales, que habitan sobre la faz de la tierra, son monógamos, es decir, conservan la misma pareja durante toda su vida y el macho y la hembra se aparean con un solo semejante.
Es destacable mencionar hasta que punto llega esta... (no se si decir enfermedad o forma de vida) en los caballitos de mar. Cuando una parte de la pareja enferma o muere, su cónyuge, lleva a sus hijos y los entrega a otra pareja, en adopción. Acto seguido, vuelve al lado de su difunta pareja, se recuesta a su lado y se queda ahí hasta morir.

     Mucha gente se considera monógamo porque mantienen una cierta fidelidad con su pareja, pero antes de estar juntos... ¿no estuvieron con otras personas?, y cuando se rompa esta relación o uno de los dos fallezca... ¿tendrá que permanecer a su lado hasta morir?
Somos la persona que somos, gracias a las circunstancias que nos rodean. Y si vivimos en una sociedad que inventa leyes que dicen que formar legalmente una familia con más de dos personas esta mal visto o prohibido, pues así será. Ya no digo de las creencias religiosas y sus extravagantes dogmas de fé.

     En la naturaleza (animal) nadie pone leyes a este tipo de vida (poligamia), ni piensa que irá a algún tipo de infierno o purgatorio donde expiaran sus pecados. Los animales ven esta forma de vida tan natural, como lo es el cazar para sobrevivir.
Es sorprendente descubrir como se sobresalta la gente cuando expresas que no eres monógamo, es incluso enfermizo el tono con que te hablan cuando les intentas explicar el significado de esta palabra. Y más aún cuando todo esto lo expresas abiertamente ante, los que consideras, amigos o semejantes. 

     La pregunta es, cuando menos, sugerente... ¿Cómo somos en realidad?

domingo, 5 de diciembre de 2010

La lluvia nunca vuelve hacia arriba...

Imagen: DamasArt
     En contadas ocasiones, con los dedos de una mano, había tenido la oportunidad de tener conversaciones tan agradables y reconfortantes, como en estos últimos días.
Conversaciones en las que pierdes la noción del tiempo, del lugar, de lo que has venido ha hacer allí.

     Sin embargo y cuando el tiempo no está por acompañar, debes volver a la realidad, despertarte de ese sueño que, por unos instantes, te ha conducido hasta un oasis rodeado de palmeras.
     Y descubres que estas tan lejos de donde has venido, que debes echar a correr sin mirar atrás.

     ...y ahí, se rompe la magia...

     No puedes retomar la conversación donde la dejaste porque no existe la emoción vivida en aquel preciso instante en que tres gotas mal contadas se arrojaron hacia ti como un balde de agua fría.
Sólo quedas con la sensación de haber creado el ambiente en un momento y lugar equivocados, aunque no con un mal sabor de boca, sino todo lo contrario.

     Recuperar esos momentos es imposible. Sí, puedes intentar volver al mismo lugar, sin las preocupaciones anteriores, con la misma persona, en las mismas horas, pero... ¿no es quizá, esos detalles los que propiciaron la situación?

     Carpe diem...

jueves, 3 de junio de 2010

My first time!

     Nunca he considerado la opción "no" como la primera, sin embargo, se donde están mis limites y sé distinguir entre lo que está bien y lo que está mal. Cruzar la delgada línea que los separa es, cuando menos, experimentar la posibilidad de cruzarla hacia el lado equivocado y, en conciencia, discernir que lo que estamos haciendo está bien o mal hecho. 

     Surge entonces la emoción de hacer algo por primera vez... Todos hemos sido niños (aún me considero uno), y siempre que haciamos algo nuevo, diferente nos quedaba buen sabor de boca. Hoy por hoy ocurre lo mismo, solo que ahora juega un papel importante la conciencia. Cuando somos niños no pensamos en las repercusiones o en el mañana, tan sólo disfrutamos del momento y no deseamos que termine. Ese sabor de boca al que hago referencia es, en esencia, lo que marcará el futuro de nuestras vidas, hasta el punto de lograr o no nuestra felicidad. 

     Es imposible amar a alguien como si fuera la primera vez que se ama. Si bien, pudiera ser una experiencia gratificante el amar más de una vez y que en esas ocasiones se disfrute, nos sintamos bien, etc etc etc, en nada será igual a lo que sentimos la primera vez. Da igual pues si sólo fue un amor platónico, correspondido, o incluso un desamor. El hecho de haber amado a alguien por primera vez lo cambiará todo. 

     La primera vez que conducimos un coche, sin ayuda de ningun guia, irrepetible... hoy ocurren accidentes. 

     Lo que quiero decir es que con cada repeticion de lo que sea, se va perdiendo la mágia, la motivación y es cuando empieza la rutina, el no saborear ese momento y que nos quede mal sabor de boca. 

     No es dificil pensar que es imposible volver a sentirse como la primera vez cuando ocurre algo de nuevo en nuestras vidas. Pero no es dificil. El ejemplo más claro es cuando conocemos a alguien. No sabemos nada de su mundo, de su cordura, de su vida en definitiva. Desentrañar sus misterios es lo que nos va a dar esa sensación constante de hacer algo por primera vez, ya que nadie es igual, todos somos la suma de nuestras circunstancias y no todas son iguales nunca. 

     Creo que hay que entregarse por completo a todo lo que hacemos, este bien o mal en conciencia (no hablo de ilegalidad), y disfrutarlo en cada segundo, cada instante como si no volviera a suceder jamás. Que el simple hecho de respirar sea toda una aventura para nuestras entrañas.

lunes, 31 de mayo de 2010

Sangre, sudor y placer...


Banda sonora: ¡click aquí!
     La calle está oscura, apenas las farolas iluminan el camino que has tomado para llegar a tu destino.


     Corre un suave viento que mueve las hojas de los arboles... huyen de ti... se alejan como intuyendo el peligro que se avecina y miras atrás por encima del hombro. el mismo viento que se hace más fuerte, mueve los árboles de la calle... los carteles de los establecimientos, las lonas de los toldos... levanta las hojas de los periódicos del suelo... tu falda...


     Tus tacones resuenan entre las paredes de la calle como el paso militar de un pelotón a punto de entrar en combate... La ansiedad que te producen provocan pensamientos horribles en tu cabeza, sientes que alguien te sigue... cierras tu abrigo con mas fuerza sobre tu pecho, el frío te ha erizado la piel de tus brazos... un escalofrío recorre tu cuerpo... por tus tobillos... muslos... espalda... cuello... tus senos se han puesto rígidos y no sabes por qué. Aceleras el paso y los tacones resuenan cada vez más... 


     No sabes como has llegado hasta un lugar de la ciudad tan oscuro como aquel, pero tampoco cómo es posible que te provoque tanto misterio y curiosidad el haber tomado el camino que te ha llevado hasta él.


     Sobre tus tacones se oyen unos pasos y al pararte y darte la vuelta, se queda todo en silencio... sólo el viento entre las hojas de los arboles... Una sensación inquietante, entre morbo y miedo, se apodera de ti. Dejas caer los brazos y tu chaqueta desvela tu escote generoso y sin lugar a la imaginación, el viento no deja de moverte la falda... durante un instante te quedas pensando parada en medio de la calle...


     ...al fondo de la calle ves una sombra que se acerca a ti. el Viento parece haber parado... ya no corren las hojas.


     La sombra, a la que le puedes ver una gabardina se para frente a una marquesina de la que sale una luz muy tenue... entra en ella y se pierde en el humo que brota de la puerta.


     Sin saber por qué, te diriges a esa puerta, a cada paso que das una música rítmica y monótona sale de su interior.


     Ya no hace frio... ya no sientes la necesidad de acelerar el paso.


     En la puerta, custodiada por dos bestias humanas, hay un cordón de terciopelo como el de los reservados a los vips en los garitos lujosos... Sin mirarlos a la cara, sólo al interior del que sale la música y el humo, como hipnotizada, una de las bestias levanta el cordón y te da paso...


     Sinuoso tu paso al entrar miras por encima del hombro al que te ha abierto el camino y con picardía y por encima del hombro, en el umbral del infierno, tu cara toma forma de demonio y le guiñas un ojo durante unos segundos...


      Una escalera baja a las profundidades de un antro al que jamás habrías entrado, si estuviera lloviendo incluso. Pero un impulso desenfrenado te ha llevado hasta su interior... una sombra... una gabardina... una sensación oscura... una fantasía no realizada...


   Mientras bajas la escalera, la música se hace más ensordecedora, el humo más intenso, la luz más tenue, tu paso más firme, tus intenciones más evidentes, tu cuerpo más sudoroso...


     En calor, el humo, la música, el bullicio de gente, todo es sofocante... de un vistazo recorres la sala que se ha abierto tras las escaleras... luces de neón en las paredes... una barra en el medio, unas gogós en las esquinas, más de las que te da tiempo contar...


     Buscas desesperadamente la gabardina que has perseguido hasta allí y al fondo la ves... entra en un pasillo... se pierde de tu vista. Entras apartando a la gente que se mueve como hipnotizada por la música monótona y continua, estruendosa que ensordece los pensamientos. A cada paso que das con la mirada clavada en el pasillo, la gente se aparta como quien cede el paso a una reina en una ceremonia...


     Ha desaparecido la sensación de ansiedad y se ha apoderado de ti un deseo irrefrenable de placer. Tu sexo a dejado muestras de ello y ahora corre entre tus muslos... recuerdas que de donde vienes no llevas ropa interior.


     El pasillo conduce a los servicios de la discoteca que acabas de atravesar... la luz del mismo es más tenue si cabe que la que hay en la sala principal. te acercas a la primera puerta y la abres con fuerza de un empujón... una chica con el maquillaje corrido por las lágrimas sale corriendo... lleva el pelo recogido en un moño... pero le caen retazos... 
     Sales de nuevo al pasillo... y buscas la segunda puerta... la abres del mismo modo y entras pero el habitáculo esta vacío a primera vista. Solo las puertas de los reservados, unos lavamanos y varios urinarios de pared. La puerta se cierra detrás de ti y la música de la sala principal se atenúa ligeramente, pero no el calor, ni el humo...


     De uno de los reservados sale un hombre alto, corpulento, bien parecido, se acerca al lavabo y mientras se lava las manos se mira en el espejo... te dice algo sin mirarte a la cara pero no le prestas atención... cuando acaba se incorpora, se da la vuelta... se dirige hacia ti, no es la persona que estás buscando...


     ... en el pasillo, al fondo del mismo, una puerta queda oculta entre las sombras y el bullicio de la música... la chica que lloraba antes en el baño, lo hace ahora acurrucada en el pasillo a pocos metros de la puerta... no se oyen sus lamentos por la música... de pronto levanta la cabeza y mira hacia la puerta del lavabo de los chicos... su cara ahora es de extrañeza, sin embargo se levanta y se va corriendo aun con las lagrimas en la cara...


    Cuando sales del lavabo pasas el dedo indice de tu mano izquierda por la comisura de tu labio y te relames sin demasiado entusiasmo...


     Miras a ambos lados del pasillo buscando alguna otra puerta, sigues hacia el fondo pero con paso cauteloso ahora... tu cara queda cada vez mas penumbrosa... apenas se distinguen tus rasgos. De debajo de la puerta se entrevé un hilo de luz. Cuando estas frente a la puerta acercas tu mano muy lentamente al pomo... casi al tocarla, inesperadamente, se abre ante ti y una luz intensa sale de su interior...


     La sombra que queda en el umbral es la que buscabas... no se le ve la cara por la luz que emana del otro lado de la puerta...


     Muy segura de ti misma te pones frente a el y llevas tu mano a su cara... es áspera... rígida, su barbilla es prominente... sus labios grandes, carnosos... su pelo corto, enmarañado, suelto... no sabes describirlo. Tu mano sigue recorriendo su cuerpo por su pecho, firme, pronunciado bajo la camiseta que lleva. Le abres la gabardina y le intentas abrazar sin pegarte a él, solo buscas en su espalda... su forma, sus curvas, su fuerza... llegas hasta sus nalgas, duras, bien ubicadas... Le has recorrido intentando descubrir que te ha llevado a perseguirle... pero no lo descubres hasta que le coges de la mano... una mano grande y misteriosamente suave... No casa con la todo lo demás, como si nunca hubiera roto un plato, como si nunca hubiera trabajado... su mano ahora entre las tuyas, minúsculas, recorre tu cara... tu cuello... baja por tus pechos, pezones rígidos... por tu vientre... lo conduces hasta tu sexo desesperado de placer y ansioso por desahogarse con él... le indicas el camino y el hace el resto...


     Allí, frente a una gabardina sin rostro, te transportas a otro mundo... él no para de hacer lo que tú deseas que haga... y tu cuerpo se balancea con cada movimiento de su mano... con tus brazos te sujetas a los bastidores de la puerta... tras de ti... tu sombra es absorbida por el misterioso hombre de la gabardina... tus labios se mueven... te los muerdes... tu boca parece decir algo... pero la música es demasiado fuerte para oír nada... no hace falta oírlo para saber que tus gemidos son de exasperante deseo y agónico placer...


     De pronto su mano desaparece de tu interior... cuando abres los ojos la luz se apaga bruscamente con un portazo...


     ... todo vuelve a la oscuridad... el viento sigue corriendo por la calle, las hojas siguen huyendo de ti, los carteles se mueven, tu falda también... cuando reanudas el camino, tus tacones vuelven a resonar en la calle... vuelves a oír los pasos... deseas que sean más rápidos que tú...

domingo, 4 de abril de 2010

Ad libitum...


Banda sonora ¡click aqui!
Una imagen se vislumbra ante ti... pasa muy rápido...
    Todo está oscuro... se acerca el ocaso. Hace frio... viento fuerte... tu vista se acostumbra a la oscuridad...
    Avanzas por una senda en medio de un bosque espeso. Casi no ves el horizonte. El camino que conduce a un muro alto de piedra recubierto por enredaderas y en medio una verja más alta aún.
Ante la verja miras y ves una finca inmensa al otro lado, la rodea el bosque en el que estás. Un camino cruza un campo de cesped hasta una colina donde hay edificación, que ahora se ve oscura pero intuyes su silueta... sólo hay una luz en una de sus ventanas. Cruzas el umbral y de pronto se levanta una brisa que cada vez es más fuerte... el viento empieza a hacerse ensordecedor con el ruido de las ramas. Tras de ti la verja se cierra con un estruendo y el viento empieza a levantarte del suelo... pareces levitar.
Te diriges hacia la casa, todo pasa muy deprisa, miras hacia la luz que hay encendida e inevitablemente se hace mas grande... pareces volar hacia ella, el suelo se aleja de ti y no puedes evitarlo... miras a tu alrededor, te rodea un bosque de encinas.
Tras la edificación hay agua "¿qué es?" te preguntas, hasta que ya no queda duda, te gustaria estar allí y cruzar, piensas. Se alzan unas montañas en el horizonte pero no ves más, la ventana se hace cada vez más grande y la luz cegadora... esta cerrada y no parece que vayas a parar... el brillo te impide ver, es demasiado para tus ojos... y los cierras...
    Por un instante todo queda en silencio... ya no hace frio, al contrario... calor, tanto que te invade el deso de desnudarte... ya lo estás!
    Ahora abres los ojos y estás mirando a través de un ventanal cerrado... ves a lo lejos la verja y el muro, el bosque que rodea el campo que acabas de cruzar volando... te invade la extraña sensación de que no estás sola y te das la vuelta... ante ti se abre una sala amplia, hay espejos de diferentes tamaños en una pared. En el centro de la estancia cuelga un dosel que rodea algo que no vislumbras bien pero sabes que es de ahí de donde viene la intensa luz...
    Cubre tu cuerpo desnudo con lo que pueden permitirte tus pequeños brazos, sin embargo, al ver la luz te sientes segura y los dejas caer. Das un paso hacia las cortinas y tropiezas con un recipiente que contiene agua... estás descalza, notas el suelo de piedra bajo tus pies, no esta frio sino cálido... en el segundo pasó te recorre un escalofrio desde los talones hasta la coronilla que recorre tu espalda y deja ver que tu piel se ha ruborizado, al mirar a tu izquierda te ves en los espejos... ves algo diferente en ti, no en tu cuerpo desnudo... tu mirada te dice algo distinto... vuelves la vista a las cortinas y logras ver una bañera amplia parece que hay alguien recostado en ella, aún no sabes quién es pero no te es extraña su presencia. Tu cuerpo te pide acercarte más y deslizas tu mano en una de las cortinas a partándola con cuidado...
    Es él, estaba esperándote... la bañera tiene agua y él está desnudo... parece dormido y al despertar extiende una mano y la tomas, te invita a entrar y no te resistes a ello... sabes que tenías que estar ahí y no veías el momento de llegar, aunque rápido el viaje, ha parecido una eternidad. Pero ahora te tumbas a su lado... el agua esta caliente y se calma tu piel, pero no tu corazón que al estar más cerca empieza a latir más rápido. Ahí, recostada sobre su pecho, piensas que no quieres estar en nigún otro sitio, que se detenga el tiempo, que no amanezca jamás...
    Incorporas tu mirada hacia la suya y le besas, no lo piensas demasiado, y enseguida comienzas a acariciar su piel, llenas de besos su pecho, le muerdes... sabes que le encanta y por eso no dejas de hacerlo una y otra vez... el agua se agita y el te toma en sus brazos en un abrazo infinito... te sientes segura, sabes que a su lado el tiempo no traera sino cosas buenas...
Te besa y casi te deja sin aliento... te abraza por la espalda y con sus brazos bajo tus pechos deseas que te posea hasta que tu cuerpo, extasiado de placer, te impida pensar con claridad. Y así haces... te incorporas y dándole la espalda te abres a sus deseos más profundos y dejas que te invada provocando en ti un delirio de ansiedad por cada rincón descubierto dentro de tí... no puedes evitar ahogar un gemido y tu pelo enmarañado se mueve al compás de la agitación del agua...
    Has nacido para esto, piensas, y no dejas de sentirle muy dentro de ti. Él también gime de placer, sabes que su cuerpo se estremece bajo tus caderas. Tu piel ruborizada, tus ojos, con los parpados cerrados, miran al cielo clamando que exploten tus sentidos en un sin fin de sensaciones que sólo se pueden apaciguar de esta fomra tan apasionada. Te sujetas con las manos al los bordes de la bañera por que ya ha llegado ese momento y te tiemblan las piernas... los brazos... gimes... ahogas un grito con una mano... tu piel duele ya de lo poco que queda por sentir... y de tanto placer se escapa una lágrima que se pierde en el agua que empieza a calmarse ya... él también ha gemido y se ha revuelto dentro de la bañera... los dós al mismo ritmo...
    Te quedas así unos instantes... esperas que pase el momento, lo disfrutas la máximo, te encanta este momento. Tu corazón a punto de saltar de tu pecho, es sorprendido por sus brazos nuevamente... ta agarra firmemente... te susurra al oido, la brisa que provoca su aliento te hace cosquillas en la oreja.
    Te dice eso que tanto deseas oir de él... y te calma... te das la vuelta... le abrazas... se recuestan nuevamente y te duermes en su pecho... misteriosamente al agua sigue caliente pues el fuego que se enciende entre los dos es suficiente para mantener la temperatura... y te duermes pensando en que eso es lo único que necesitas para respirar...
    ... vivir...

miércoles, 24 de marzo de 2010

Lovers in an elevator...


Banda sonora ¡click aqui!
    Aquella tarde llovía a cántaros aunque lo peor fue haber olvidado el paraguas...
  Llegaste al portal completamente empapada, ni siquiera la revista que llevas en la mano y con la que intentaste cubrir inútilmente tu cabeza, pudo sobrevivir a tal diluvio. Ahora tienes el pelo encrespado por la humedad... estas muerta de frio y te quitas la chaqueta. Después de sacudir algo de agua de tus ropas entras en el portal y pones rumbo a tu piso...
  De camino, en el umbral de la escalera esta él, espera el ascensor, pero no lo ves hasta que estás frente a la misma puerta. Lo miras de arriba a abajo y es tal cual lo recuerdas en tus fantasías mas lujuriosas... con vaqueros medio ceñidos marcando, camiseta blanca con esos brazos fuertes y varoniles desnudos, una piel curtida por el Sol, y con un aire descuidado pero a la vez decidido y seguro...
  Inmediatamente te invade un inmenso calor entremezclado con el frío de la lluvia que lo único que consigue es que se te erice la piel de todo el cuerpo... por fin, le miras a los ojos y sin decir nada le sonríes y te vuelves hacia la puerta del ascensor.
  Aunque la luz del llamador está encendida pulsas repetidas veces el botón con la esperanza de que aparezca de inmediato, como si de algún modo esa acción arreglara la velocidad a la que se acerca hacia el hall.
    Por un momento y con el rabillo de tu ojo, le vuelves a mirar a los ojos y te fijas en que te está recorriendo con la suya, se ha dado cuenta que tienes la piel erizada, lo que te provoca más calor y escalofríos, te hace recordar que estas empapada, que no llevas la chaqueta y que a través de tu camiseta medio empapada puede verse tu sujetador... se intuyen tus senos erizados por el frio y él no ha perdido detalle. De pronto dejas de sentirte incómoda y notas como tu cuerpo empieza a sentirse de otra manera... que te haya mirado con esos ojos te ha puesto cachonda.
  Piensas que has tenido suerte, después de tanto tiempo queriendo hablarle para llegar a algo más, el azar o, en este caso, el ascensor, os ha vuelto a unir y que mejor tema para romper el hielo que el tiempo...
    Llega el ascensor y aún ni le has dado las buenas horas, al intentar abrir la puerta se te cae la chaqueta y cuando vas a recogerla se te viene la revista y el bolso también. Enseguida te agachas a recogerlo todo y notas un perfume que te embriaga durante unos segundos en el que cierras los ojos y dejas volar tu imaginación...

... Habías esperado ese momento durante mucho tiempo y por algún extraño motivo ni te habías acercado a su puerta, frente a la tuya, para pedirle sal o algo por el estilo, excusa que te permita un acercamiento, un "pasa y espera un segundo" mientras recorres la intimidad de su casa con tu mirada.
Piensas en cuantas veces habrá pedido la llave de un hotel y a media noche encargar un champán francés, una cena con velitas para dos... pero siempre con otra, nunca contigo. Sientes que si durmieras a su lado, serías la primera, que daría la vida por ti, pero no es así, es muy probable que cuando duerma con otra... piense en ti, y con todas si durmiera a tu lado. Aunque dormir, no es lo que te gustaría hacer con él precisamente. Tu corazón empieza a latir con más fuerza...
... Al abrir los ojos él está de pié sujetando la puerta del ascensor con una mano y  la otra ofreciéndote ayuda para que te incorpores con tu chaqueta en el brazo. El tacto de su mano cálido y fuerte te llena de calor el cuerpo, ahora sientes mucho calor. Sin mucho esfuerzo te pones en pie, le sonríes muy tímida agachando ligeramente la cabeza pero sin quitarle la mirada con la que dejas entrever una especie de "gracias". Te devuelve la sonrisa mientras recoges la chaqueta de su brazo, no sin hacerlo con la suficiente lentitud como para perder tiempo en rozar su piel y su musculoso brazo, sentir que te puede abrazar con todo su cuerpo hasta dejarte sin aliento.
Su calor te ha calado muy hondo y no solo eso, tu le has caldo hasta los huesos también pues su piel se ruborizó cuando recogiste la chaqueta...
Al cerrarse la doble puerta del ascensor sientes alivio porque nadie ha roto esa pequeña intimidad que se ha creado. Pulsas el botón de vuestro piso y al momento se pone en marcha la cabina. Te quedan tres pisos de tiempo, antes de que se acabe el sueño, antes de despertar.
Cuando incorporas tu mirada, descubres que no te ha quitado ojo de encima, sigue las curvas de tu cuerpo bajo tu ropa, mantiene tu mirada con descaro sin apartarla siquiera para respirar. Te pones algo nerviosa y el espacio reducido te da mas calor, ya no puedes remediarlo. Para intentar aliviarlo abres un par de botones de tu camisa, pero lo haces con delicadeza, primero te acaricias el cuello y bajas poco a poco hasta que dejas ver el balcón de la lujuria que se ha disparado en su cara. Pero vuelve otra vez a tus ojos. Notas como de su sien empieza a bajar una gota de sudor... debe sentir calor también, y deseas calmárselo quitándole la camiseta que lleva puesta. Aunque el espacio es pequeño hay suficiente hueco y se apoya con uno de sus brazos en la pared opuesta a la que se encuentra dejándolo por encima de tu hombro pero algo alejado. De pronto te sientes pequeña... te sientes doblegada por su pasión, sólo el roce de tu ropa calma el fuego y la tensión que se respira en el interior del ascensor. Un escalofrío te recorre los pechos y deja los pezones erizados bajo tu camiseta medio abierta... el agua de la lluvia que cae de tu cuello y de tu pelo baja como un río por tu pecho por el que fluye su mirada...
...hasta los más oscuros deseos e instintos animales. Los dos sabéis que el deseo es mutuo, que no importaría decir palabra alguna para desatar la tormenta que se está formando bajo las ropas. Tu mirada recorre su cara sus mejillas con algo de barba de unos días. Él se toca la barbilla con su dedo índice y pulgar, y deseas que lo hubiera hecho con la tuya... "¿cuál será la imagen en su mente ahora?" te preguntas, y deseas que sea en una cama... en la ducha... en una playa... en el ascensor... eso es lo de menos, lo que de verdad deseas es que sea contigo. Tu cuerpo empieza a respondes a sus impulsos y el corazón se debate con más violencia entre suspirar con un pequeño gemido o desgarrarle la camiseta.
No te quita la mirada de encima y a cada centímetro que recorre de tu cuerpo la sientes como si fueran las yemas de sus dedos por todos tu rincones... tus caderas... tu cintura... tus manos... tus brazos... tu cuello... tu pecho... Es como si supiera donde se esconden las aberturas de tu ropa y entrara sin llamar... notas que el sudor de todo tu cuerpo resbala provocándote un inmenso placer. Ya no puedes evitarlo e intentas evitar unos pequeños gimoteos tan desesperados como dulces para sus oídos, él a entreabierto la boca dejando un jadeo en el aire que te deja con las piernas temblando pues ya no puedes aguantar más el placer que ahora invade tu alma. Sin dejar de mirarle a los ojos, jadeas con él y gimes ligeramente...
... habéis llegado al final...
... al final del trayecto del ascensor, las puertas comenzaron a abrirse y rápidamente los dos os recolocais en el hueco que hasta hace unos instantes era el nido de pasiones y tormentas. Él, como buen caballero abre y mantiene la puerta para que salgas. Tienes las manos entrelazadas con tu chaqueta tapándolas en tu vientre. Sus ojos no se apartan ni un momento de los tuyos. Tu sonrisa, tu cara sonrojada y tus ojos, delatan que no te importaría repetir la experiencia...