domingo, 4 de abril de 2010

Ad libitum...


Banda sonora ¡click aqui!
Una imagen se vislumbra ante ti... pasa muy rápido...
    Todo está oscuro... se acerca el ocaso. Hace frio... viento fuerte... tu vista se acostumbra a la oscuridad...
    Avanzas por una senda en medio de un bosque espeso. Casi no ves el horizonte. El camino que conduce a un muro alto de piedra recubierto por enredaderas y en medio una verja más alta aún.
Ante la verja miras y ves una finca inmensa al otro lado, la rodea el bosque en el que estás. Un camino cruza un campo de cesped hasta una colina donde hay edificación, que ahora se ve oscura pero intuyes su silueta... sólo hay una luz en una de sus ventanas. Cruzas el umbral y de pronto se levanta una brisa que cada vez es más fuerte... el viento empieza a hacerse ensordecedor con el ruido de las ramas. Tras de ti la verja se cierra con un estruendo y el viento empieza a levantarte del suelo... pareces levitar.
Te diriges hacia la casa, todo pasa muy deprisa, miras hacia la luz que hay encendida e inevitablemente se hace mas grande... pareces volar hacia ella, el suelo se aleja de ti y no puedes evitarlo... miras a tu alrededor, te rodea un bosque de encinas.
Tras la edificación hay agua "¿qué es?" te preguntas, hasta que ya no queda duda, te gustaria estar allí y cruzar, piensas. Se alzan unas montañas en el horizonte pero no ves más, la ventana se hace cada vez más grande y la luz cegadora... esta cerrada y no parece que vayas a parar... el brillo te impide ver, es demasiado para tus ojos... y los cierras...
    Por un instante todo queda en silencio... ya no hace frio, al contrario... calor, tanto que te invade el deso de desnudarte... ya lo estás!
    Ahora abres los ojos y estás mirando a través de un ventanal cerrado... ves a lo lejos la verja y el muro, el bosque que rodea el campo que acabas de cruzar volando... te invade la extraña sensación de que no estás sola y te das la vuelta... ante ti se abre una sala amplia, hay espejos de diferentes tamaños en una pared. En el centro de la estancia cuelga un dosel que rodea algo que no vislumbras bien pero sabes que es de ahí de donde viene la intensa luz...
    Cubre tu cuerpo desnudo con lo que pueden permitirte tus pequeños brazos, sin embargo, al ver la luz te sientes segura y los dejas caer. Das un paso hacia las cortinas y tropiezas con un recipiente que contiene agua... estás descalza, notas el suelo de piedra bajo tus pies, no esta frio sino cálido... en el segundo pasó te recorre un escalofrio desde los talones hasta la coronilla que recorre tu espalda y deja ver que tu piel se ha ruborizado, al mirar a tu izquierda te ves en los espejos... ves algo diferente en ti, no en tu cuerpo desnudo... tu mirada te dice algo distinto... vuelves la vista a las cortinas y logras ver una bañera amplia parece que hay alguien recostado en ella, aún no sabes quién es pero no te es extraña su presencia. Tu cuerpo te pide acercarte más y deslizas tu mano en una de las cortinas a partándola con cuidado...
    Es él, estaba esperándote... la bañera tiene agua y él está desnudo... parece dormido y al despertar extiende una mano y la tomas, te invita a entrar y no te resistes a ello... sabes que tenías que estar ahí y no veías el momento de llegar, aunque rápido el viaje, ha parecido una eternidad. Pero ahora te tumbas a su lado... el agua esta caliente y se calma tu piel, pero no tu corazón que al estar más cerca empieza a latir más rápido. Ahí, recostada sobre su pecho, piensas que no quieres estar en nigún otro sitio, que se detenga el tiempo, que no amanezca jamás...
    Incorporas tu mirada hacia la suya y le besas, no lo piensas demasiado, y enseguida comienzas a acariciar su piel, llenas de besos su pecho, le muerdes... sabes que le encanta y por eso no dejas de hacerlo una y otra vez... el agua se agita y el te toma en sus brazos en un abrazo infinito... te sientes segura, sabes que a su lado el tiempo no traera sino cosas buenas...
Te besa y casi te deja sin aliento... te abraza por la espalda y con sus brazos bajo tus pechos deseas que te posea hasta que tu cuerpo, extasiado de placer, te impida pensar con claridad. Y así haces... te incorporas y dándole la espalda te abres a sus deseos más profundos y dejas que te invada provocando en ti un delirio de ansiedad por cada rincón descubierto dentro de tí... no puedes evitar ahogar un gemido y tu pelo enmarañado se mueve al compás de la agitación del agua...
    Has nacido para esto, piensas, y no dejas de sentirle muy dentro de ti. Él también gime de placer, sabes que su cuerpo se estremece bajo tus caderas. Tu piel ruborizada, tus ojos, con los parpados cerrados, miran al cielo clamando que exploten tus sentidos en un sin fin de sensaciones que sólo se pueden apaciguar de esta fomra tan apasionada. Te sujetas con las manos al los bordes de la bañera por que ya ha llegado ese momento y te tiemblan las piernas... los brazos... gimes... ahogas un grito con una mano... tu piel duele ya de lo poco que queda por sentir... y de tanto placer se escapa una lágrima que se pierde en el agua que empieza a calmarse ya... él también ha gemido y se ha revuelto dentro de la bañera... los dós al mismo ritmo...
    Te quedas así unos instantes... esperas que pase el momento, lo disfrutas la máximo, te encanta este momento. Tu corazón a punto de saltar de tu pecho, es sorprendido por sus brazos nuevamente... ta agarra firmemente... te susurra al oido, la brisa que provoca su aliento te hace cosquillas en la oreja.
    Te dice eso que tanto deseas oir de él... y te calma... te das la vuelta... le abrazas... se recuestan nuevamente y te duermes en su pecho... misteriosamente al agua sigue caliente pues el fuego que se enciende entre los dos es suficiente para mantener la temperatura... y te duermes pensando en que eso es lo único que necesitas para respirar...
    ... vivir...