... Y tal vez no haga falta volver a empezar, ni decir nada, tal vez no haga falta pensar en lo que vas a decir, ni tan siquiera hablar...
Llegas hasta el umbral de la puerta y luego..? Después de tanto tiempo, de tantos momentos, después de tanto espacio, de tantos viajes, de tantos cafés... qué dices? que vas a decir?
Olvidaste la forma en que hablabas, se perdieron las mañas, los trucos las tretas... debes aprender nuevamente a mirar, a observar, debes aprender a sacar conclusiones y darles forma. No tienes la mas remota idea de lo que haces en la puerta de la cafetería... pero entras!
Te atreves con un... -¡Hola!, cuanto tiempo! -... serviría de algo!?
Y te planteas todo nuevamente, vuelves a confiar en tus pasos y te aventuras hacia la mesa, boligrafo y bloc en mano... pero, qué vas a contar? qué le vas a explicar? con qué vas a empezar? Simplemente siéntate, olvida el pasado, ya nada se puede hacer por él!
No te embargues en el error de intentar remediar el tiempo que has estado en silencio, diculpándote con absurdas justificaciones sólo para dar pie a que sigan tus pasos nuevamente. Quizá no haga falta nada de eso... tal vez no haga falta volver a empezar, ni decir nada, tal vez no haga falta pensar en lo que vas a decir, ni tan siquiera hablar...
... con todo aquello que dejaste atrás, aparcado en el rincón de "algún día", con las cosas que debiste cerrar para siempre y con las que se cerraron para que se volviesen abrir.
... si solo fuera eso, no creo que hubiera seguido en el tiempo, no creo que hubiera malgastado el tiempo. Si he decidido perderlo contigo, es que el tiempo que empleo no esta perdido. No deseo perder ni hacer perder el tiempo, simplemente volver y no revivir, sino caminar y hacer nuevos caminos… descubrir lugares que nos dejan sin aliento, detalles que nos saquen una sonrisa y a veces unas lágrimas. Buscar nuestro sitio, nuestro espacio, nuestra felicidad.
Valorar cada instante... cada paso que demos, sea en falso o en pro de nuestro bien, es la premisa que debemos tener siempre en cuenta, ya que todas, sean buenas o malas experiencias, forman parte de la vida.
Cruzarnos con personas, detener nuestras vidas durante cinco minutos y conocerlas, personas con las que andaremos durante algún tiempo y que algunas de ellas que se queden para toda la vida.
No pienso desaprovechar la oportunidad de haberme cruzado en su camino, porque quizá sea una de esas personas, ¡porqué no decirlo!?, la que nos pida que le acompañemos en el suyo.
... no revivir, sino luchar, correr, saltar, reír, llorar, gritar, sentir... vivir!