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La calle está oscura, apenas las farolas iluminan el camino que has tomado para llegar a tu destino.
Corre un suave viento que mueve las hojas de los arboles... huyen de ti... se alejan como intuyendo el peligro que se avecina y miras atrás por encima del hombro. El mismo viento que se hace más fuerte, mueve los árboles de la calle... los carteles de los establecimientos, las lonas de los toldos... levanta las hojas de los periódicos del suelo... tu chaqueta...
Tus pasos resuenan entre las paredes de la calle como el paso militar de un pelotón a punto de entrar en combate...
En la puerta, custodiada por dos bestias humanas, hay un cordón de terciopelo como el de los reservados a los vips en los garitos lujosos...
Una escalera baja a las profundidades de un antro al que jamás habrías entrado, si estuviera lloviendo incluso. Pero un impulso desenfrenado te ha llevado hasta su interior... una sensación oscura... una fantasía no realizada...
La noche es joven piensas... hay muchas mujeres a tu alrededor y has llegado a contar más de siete gogós en cada tarima, en cada esquina de la gran sala, todas con vestidos mínimos y los peinados recogidos en unos moños bastante sugerentes...
La música de ritmo monótono, ensordecedor e hipnotizante te envuelven en un estado de embriaguez que jamás habías experimentado, como si hubieras muerto... Dicen que cuando tu corazón deja de latir, tu mente sobrevive alrededor de veinte minutos. Durante unos segundos desaparece la música y todo se convierte en nubes de humo que bailan en una especie de danza religiosa, dando sacrificio a un dios inexistente, concediendo el baño de la luz, del sudor... de la lujuria que se apodera de tu cuerpo, de las ganas irrefrenables que se avecinan en tus pantalones...
El alcohol y la ingente cantidad de líquidos consumidos han hecho sus efectos y precisas de un lugar apartado, oscuro, y solitario. De camino a los servicios una joven, que hasta hace unos instantes se contoneaba sobre una de las tarimas no deja de besuquearse con algún desaprensivo con suerte que ha conseguido la deidad de su cuerpo... se meten en el lavabo de mujeres...
Continuas hacia la otra puerta y consigues entrar a duras penas, pues esta abarrotado de gente, pero poco a poco se van marchando y después de una espera ansiosa, te dejan libre un reservado para desahogar tu vejiga... La música entra a raudales a cada apertura de la puerta y no deja de sonar incluso cuando esta cerrada. Las tinieblas que envuelven el retrete son casi de película de terror.
Durante unos instantes te quedas mirando al techo con los ojos cerrados, disfrutando del momento... relajándote y preparándote para salir de nuevo a la carga y encontrar alguna criatura del dios inexistente dispuesta a satisfacer tus deseos de cópula.
La música lleva rato atenuada pero se corta bruscamente pues alguien abrió la puerta, lo que te devuelve al mundo en el que vas a pelear por un rato de placer.
Al salir del reservado te percatas, que ya no queda nadie y te encuentras solo. Una joven con minifalda oscura y esta en la estancia. A pesar del calor, lleva una pequeña chaqueta que deja ver un generoso escote sin lugar a la imaginación. Le dices que el lavabo de chicas es la puerta de al lado... pero hace caso omiso ya que la puerta se cierro tras de si e inconfundiblemente por los urinarios de la pared, allí poco puede hacer... o no?..
...y como leyendo tu pensamiento, se acerca hacia ti...
... Ni por un instante duda en abalanzarse sobre ti, de un salto, te abraza con sus piernas y sus brazos... y comienza a devorarte con sus labios... grandes, carnosos. Intuyes rápidamente que aquella mujer no lleva ropa interior y que reclama de tu hombría para saciar sus más oscuros deseos. el salto te ha derribado hasta el lavamanos pero no hasta el suelo.
ella no deja de saborearte la cara con la lengua... no deja de olerte... me morderte a pequeños bocados en los que das algún que otro gemido entremezclado con el placer que te provoca esa morbosa situación.
Por fin reaccionas y con tus manos agarras su cuerpo por las nalgas descubiertas pero cálidas... tus dedos buscan su sexo para saciar tu curiosidad, notas como su impulso, su deseo, es evidente, su entrepierna esta completamente húmeda...
Te aparta las manos y se pone de pie pegada a ti sin dejarte hacer nada. Ahora tienes que obedecer sus ordenes... Casi ni te mira a los ojos, es como si no quisiera saber nada más de ti, lo que tienes en la entre pierna...
Te arranca la camiseta que llevas y ni te inmutas... sus manos, suaves y delicadas, recorren tu pecho tu vientre... fugazmente te clava las uñas provocando en ti deseo y placer al mismo tiempo. Te lame de arriba a bajo toda la parte que acaba de descubrir y sus manos buscan tu cinturón... se deshace de él de una forma tan rápida que jamás habías visto. Te desabrocha el pantalón sin dejar de besarte y sin abrir los ojos. Como una exhalación se pone en cuclillas y te baja los pantalones dejando tus deidades a su albedrío y antojo. No duda en sujetarte con una des sus manos y sin hacerte daño es cuando por primera vez te mira a los ojos... sólo con la mirada te pregunta: ¿estás preparado para morir de placer?..
Agita tu miembro en lo que buscas la respuesta y cuando intentas sofocar unas palabras se lanza en busca de tu placer... no duda en pasar su lengua por aquello que tanto logra ponerte los pelos de punta... mientras lo agita con sus manos su boca se abre más para introducir tu valía en la calidez de su lengua... Sus dientes rozan tu piel y sientes dolor... placer... éxtasis, no dejas de soltar pequeños gemidos por tal desahogo de pasión. La mujer no ha dudado en sustituir sus manos por la boca entera y engulle toda la fuerza de tu cuerpo convertida en pasión... no deja de repetirlo una y otra vez... su labios presionan fuertemente su presa y su lengua relame los rincones descubiertos, del arma en que se ha convertido tu deseo.
Te fundes en un gemido extasiado cuando sientes que la furia de la mujer, que gime contigo dentro de su boca, provoca la explosión de tus sentidos. Miras al techo, cierras los ojos y con más violencia se agita ella cuando ya es inevitable que el río de tu vida fluya dentro de su boca... Sus dientes parecen más afilados en ese momento... el placer es inmenso pero se entre mezcla con una pequeña pizca de dolor cuando te roza con los dientes, que cada vez parecen más afilados. Fluyes en ella, en su boca y de pronto el dolor invadido en tu miembro es insoportable...
...cuando la miras, aun sobrecogido por el dolor, descubres sus colmillos y su boca ensangrentada... Una terrible sensación te invade, la entrepierna no deja de dolerte. Ella mira a un lado y escupe sangre que acaba de absorber... puedes ver como no hay solo sangre en lo que acaba de hacer. Antes de que puedas darte cuenta de que te ha arrancado la parte más preciada y delicada de tu cuerpo, se abalanza sobre tu cuello y te clava los feroces y largos colmillos en la yugular... En ese instante su cara tomo forma de demonio y no dio tiempo la huida... sientes el calor de sus colmillos perforando la piel e invadiendo tus venas por las que pronto dejara de fluir tu vida para fluir dentro de ella...
No tienes fuerzas para gritar... tu sangre fluye hacia su boca y no deja de escapar gota alguna de sus labios. El dolor de tu entrepierna se desvanece al igual que el de los colmillos sobre tu cuello, caes poco a poco y ella contigo... no deja escaparte a sus designios... a los sacrificios de su dios...
Cuando te suelta, sientes tu corazón latir aún con violencia... aunque segundos más tarde descubres que, allí tumbado en el lavabo, mientras ella limpia su boca de tu sangre y abre la puerta para salir, es la música ensordecedora lo que estas escuchando...
... todo vuelve a la oscuridad... el viento sigue corriendo por la calle, las hojas siguen volando, los carteles se mueven, tu chaqueta queda abandonada en el guardarropa..
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